Me acaba de suceder algo maravilloso. Fui a la tiendita donde compro unos dulces una vez por mes. Entré a la tienda. Cerré la puerta corrediza de vidrio que divide el pequeño espacio entre el mostrador y la calle y en ese momento vi como del árbol que está enfrente de la tienda caían miles de pequeñas plumas blancas que el viento balanceaba por todas partes!!! Fue maravilloso.
En el siguiente segundo me di cuenta de que lo que yo asocié con plumas, eran miles de semillas rodeadas por una especie red de ligero algodón que las hacía volar por todas partes.
Volteé a ver a la vendedora y le comenté en estado de éxtasis: “! Mira que maravilla, un árbol dispersando sus semillas para hacerlas llegar a todos los lugares posibles! Ella me miró y luego dijo: ¡ni tan maravilloso pues cuando salgo de trabajar me caen encima y pican!.
Salí de la tienda y comprobé dos cosas. Primero que la misma experiencia es totalmente distinta para cada individuo y la más importante; que siempre experimento el lado bueno de las cosas.
Y recuerda mi lema: ¡Si está obscuro: Ilumínate!
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